MIEDO A LA SOLEDAD
La soledad nos puede llevar a hacer cosas que jamás hubiéramos
imaginado, y una de ellas es aceptar vivir o sobre vivir con alguien que no nos
gusta, que no nos quiere, que nos hace sufrir, pero aun así, seguiremos allí,
por miedo a estar solos.
La soledad puede ser buena y agradable, pero solo es así cuando tú mismo
eres tu mejor amigo, cuando te sientes orgulloso de ti mismo, cuando disfrutas
tu propia compañía y cuando esto suceda, atraerás a personas como tú, que
valgan la pena.
Es difícil entender por qué provoca tanta ansiedad estar solos, y aunque
pueda sonar como una exageración, es un problema bastante grave.
La gente que sufre de este tipo de ansiedad es capaz de acompañarse por
malas amistades o malas parejas nada más para no sentirse solos, dejando a un
lado todo lo demás.
Muchas personas, en especial, mujeres de edad mediana suelen mantener un
matrimonio de apariencia. Soportan infidelidades, maltrato verbal y
psicológico. Prohibiciones de compartir
con sus familiares y amigos. Negativa para que ejerza la profesión y se
mantenga en casa para criar a los hijos. Sin permitir, que alcancen metas
profesionales, sociales, económicas en donde desarrollen sus talentos.
Esta situación produce angustia, tristeza, desesperación en ocasiones deriva en rabia y frustración
para convertirse en apatía. La relación
de pareja se convierte en sofocante, restrictiva. Ambos se predisponen ante el
mínimo intento de conversar. En otras, tales conversaciones es un hablar a
oídos sordos.
La agonía de la relación llega al nivel de no compartir la intimidad
física ante el vacío, y la sensación de uso que siente la mujer. Las pocas que
aún conserven sus amistades, suelen ser animadas a poner fin a la relación. Son
reticentes a buscar ayuda psicológica.
Una de las causas puede ser la falta de soporte afectivo o social por
parte de la familia de origen. En el fondo, la mujer se paraliza ante el miedo
a la soledad. En su mente, aparecen una y otra vez, imágenes desoladoras en la
vejez. Se ve sola y abandonada. Tales pensamientos aumentan el miedo.
Permaneciendo inmóvil ante la vida que ve pasar frente a ella.
Sin embargo, al indagar el motivo de no poner fin a tal relación siempre
dan respuestas como: por mis hijos no lo dejo. Pero resulta que no es una razón
válida depositar en los hijos el peso por no decidir. Los hijos sufren viviendo
la situación que para ellos también es asfixiante.
El miedo puede tener varias causas como haber sentido abandono de niño.
Cuando somos pequeños dependemos de los demás para sentirnos protegidos. Si
cuando necesitabas esa protección no la tuviste, es probable que ese
sentimiento de soledad y desprotección se haya quedado ahí.
Te falta confianza en ti mismo. Si no confías en ti, en tu capacidad
para solucionar problemas, para tomar decisiones, para enfrentarte a los
peligros de la vida, en definitiva, si piensas que no eres capaz de cuidar de
ti mismo siempre dependerás de que alguien cuide de ti.
A veces, la gente se va porque tiene que vivir su vida. Tenemos miedo a
que la gente se vaya porque lo asociamos con que hemos fallado en algo o a que
nos han dejado de querer, y no es así. Simplemente cada uno tiene que elegir su
camino y en ocasiones ese camino está lejos de quienes eran su entorno hasta el
momento.
Quieres escapar de ti mismo. Estar constantemente rodeado de gente evita
que te conozcas. Muchas personas se evitan a sí mismas porque tiene miedo de lo
que puedan descubrir. Quizá si te paras a pensar te des cuenta de que tu vida
no es lo que querías, que tu trabajo no te gusta, que no quieres seguir con tu
pareja. Si no paramos ni un momento y siempre estamos centrados en los demás no
tenemos que rendir cuentas con notros mismos. Pero esto no es sostenible. Hay
algo seguro, lo único que vas a tener siempre es a ti mismo. Deberías atreverte
a conocerte, aunque al principio de miedo, es donde vas a encontrar todas las
respuestas.
Creen que no son atractivas y tampoco podrán rehacer sus vidas y nada
más lejos de la realidad ya que el tiempo pasa para todos, tanto hombres como
mujeres. Creer que la persona que se merece algo mejor y que tiene la
posibilidad de conseguirlo es esencial para que se decida a romper con hábitos
que se ha ido enroscando poco a poco y fuertemente en el cuello de la persona
afectada. Por ello, si necesitas ayuda acude a un psicólogo para superar el
miedo y desarrollar el potencial que tienes como ser humano. Pero, sobre todo
no dejes que nunca nadie te diga cuáles son tus límites.
"También he visto
que los grandes hombres a menudo están solos. Esto es comprensible, porque se
han forjado estándares tan elevados que a menudo se sienten solos. Pero esa
misma soledad es parte de su habilidad para crear". Yousuf Karsh
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